Percepción
idónea hacia la inspiración,
esas
miradas se gritan sin alterarte,
el
tiempo ante tu paso dice adelantarse,
y
recorres hasta hundir en ti mi habitación.
Incomodo
en momentos cuál fuego ardiendo
en
el interior, necesario, como luz incandescente
sin
palabras mejores no deben romperte
aunque
el necio lo intenta, a veces yo lo entiendo.
Dueles,
como me duele la vida,
como
duele bailar tu música con soledad
o
como el odio que nos acaba infectando la herida.
Aun
así ahí sigue tu silueta,
"Silencio,
¿Cuál es el precio que nos encerró?"
y
silencio contestó: "A veces no tenerme es la condena".
No hay comentarios:
Publicar un comentario