Minutos en silencio

lunes, 27 de enero de 2014

Último verso, último peso

Oportunistas buscando el perdón del recuerdo,
pero... ¿Es capaz de perdonar la mente?,
aquello que se pega al alma fuerte, 
y que cuando te das cuenta, pasa a ser más que un verbo. 
En qué momento abandonamos la cordura para perdernos, 
como si de un pájaro semi-libre fuese, 
y estuviera en sus alas ver más allá del árbol que le protege, 
o eso cree él, sin saber que su llave es el cielo. 
Y el ego, perspicaz de las recaídas de su dueño, 
hace sentirse al hombre poderoso ante su gente, 
incluso creyendo poder vivir en soledad permanente, 
pero el corazón necesita amor tanto como sueños. 
Pues, al fin y al cabo, somos seres de sueños nuevos, 
que abandonamos por no ser conscientes, 
de que nuestra luz es superior de lo que ésta carece, 
y de que más que cabeza, hay que echarle huevos. 

Lucho, y sigo, creyendo estar vivo, 
y puede que lo este después de todo, 
pero mientras siga oyendo el latido, 
sé que esa ventaja que cree tener la muerte, 
no será nada, pues el eco, irá a su ritmo.


miércoles, 22 de enero de 2014

Desde la orilla

Sumiso el mar en hora punta,
aunque se le veía bostezar en forma de olas,
limpiaban sus aguas de brea las gaviotas,
mientras un humano vertía en este lagrimas difuntas.

Luna, alumbra mi soledad,
pues aun lleno de vida
esta me persigue al vaivén.
El sol evapora mi vientre,
y el azul de mis venas está siendo castigado,
por animales que así mismos
se hacen llamar hombres.”

Óyeme mar, sube, castiga
a ese materialismo lleno de infelicidad.
Sube, que tus olas no sean tímidas,
ruge fuerte, hasta hacer que sus almas bailen,
y demuestra tu bravura al que en ti entre.
Sube, olvidales, pues sin ti,
ellos no serán nadie”



sábado, 18 de enero de 2014

Porque todo tiene un principio

Principio,
que es en sí un principio, si no el minúsculo primer paso,
el impulso del sentido,
el dar la cara a todo, a cada caso.
El principio es como ese dolor que 
aunque sabes que duele, has de afrontarlo.

Principio,
¿Debería temerle como se teme a la muerte?,
o ¿debería temer a que me llevará?.
Dejemosle a la locura el dictarlo junto a la suerte,
y la suerte con el tiempo 

nos dirá si hice bien en conocerte.