Minutos en silencio

jueves, 6 de marzo de 2014

Un pasado casi borroso

Vagando por las calles inhóspitas de mi inocencia,
me crucé con mi niño interior intentando pasar desapercibido.
Dije inconsciente '¿A dónde vas muchacho? No creo que ese sea el camino'.
'Lo siento, pero no hablo con desconocidos' susurró con sentencia.




Qué de verdad afloraban sus palabras...
pues aunque son los mismos ojos los que observan,
no es la misma sinceridad en la mirada,
ni las nubes que me daban envidia mientras planean,
se paran a buscar formas dentro de nuestras almas.
No, no somos los mismos que antes vivían enamorados,
ahora nos enamoramos para que el dolor nos recuerde,
que sí, que seguimos perdiendo ese fluido dorado,
que se va con el baile de las agujas que parecen querer
tropezar con la eternidad para seguir a nuestro lado.
Eterno, en verdad lo único eterno en mi reflejo,
es ese niño alegre intentando escapar de la deuda,
que debemos pagar cuando de golpe crecemos
que no es otra que volver nuestra sonrisa muda...
cuando descubres, que la vida no es algo tan perfecto.