Minutos en silencio

lunes, 27 de enero de 2014

Último verso, último peso

Oportunistas buscando el perdón del recuerdo,
pero... ¿Es capaz de perdonar la mente?,
aquello que se pega al alma fuerte, 
y que cuando te das cuenta, pasa a ser más que un verbo. 
En qué momento abandonamos la cordura para perdernos, 
como si de un pájaro semi-libre fuese, 
y estuviera en sus alas ver más allá del árbol que le protege, 
o eso cree él, sin saber que su llave es el cielo. 
Y el ego, perspicaz de las recaídas de su dueño, 
hace sentirse al hombre poderoso ante su gente, 
incluso creyendo poder vivir en soledad permanente, 
pero el corazón necesita amor tanto como sueños. 
Pues, al fin y al cabo, somos seres de sueños nuevos, 
que abandonamos por no ser conscientes, 
de que nuestra luz es superior de lo que ésta carece, 
y de que más que cabeza, hay que echarle huevos. 

Lucho, y sigo, creyendo estar vivo, 
y puede que lo este después de todo, 
pero mientras siga oyendo el latido, 
sé que esa ventaja que cree tener la muerte, 
no será nada, pues el eco, irá a su ritmo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario